¿Qué queremos decir cuando hablamos de reconciliarse con la energía femenina?
Nosotras, venimos de una estirpe de mujeres, perfectas en su esencia, que han sufrido por el mero hecho de ser mujeres. Han vivido menosprecio (tanto en el ámbito del hogar, como a nivel social), vejaciones, trabas para acceder al mercado de trabajo (en el caso de nuestras madres), leyes injustas, discriminación y diversas formas de abuso. Finalmente, todas estas formas de injusticia han ido grabando en el inconsciente colectivo que el hecho de ser mujer supone una desventaja y minusvaloración en si mismo. Y puedes pensar que no tienes para nada esa idea, pero para progresar tenemos que profundizar tanto en nuestras creencias conscientes, como el inconsciente, aquello que está grabado en lo profundo de nuestro ser y que es buena parte de lo que somos, sin que siquiera lo hayamos razonado.
Es posible que en tu argumentación tengas claros los principios del feminismo y qué incluso, te manifiestes por ello. Y está bien pero aún es más importante, que sanes en tu interior el dolor asociado a ser mujer, y lo sustituyas por orgullo y honra de representar lo femenino. Este orgullo profundo no está en contraposición a los hombres. Más bien, les incluye, ya que la sanación de lo femenino es un compromiso de todos. Es la única forma de crear una sociedad justa y saludable que avance en positivo. Femenino y masculino no se contraponen, se complementan, y de su unión nace una perfecta entrega a la vida.
Reconciliarse con la energía femenina es un viaje hacía nuestro interior, con amor por nosotras y por la vida. Este proceso permite tomar conciencia del cuerpo y su relación emocional. No se trata de ser e imitar los modelos de poder o la manera de comportarse de los hombres que han alcanzado el ‘éxito’. Se trata de ser mujer y encontrar tu propia forma de expresarte, más allá de los patrones establecidos, y sabiendo que tu feminidad es tu forma de expresarte en la vida.
¿Y qué es la feminidad?
Este concepto está trastocado por la definición social que entendía por femenina a una mujer que utilizará muchos adornos o atributos para gustar a los hombres. Pero ser femenina es algo interior, y nada tiene que ver con ser guapa o una mujer atractiva a los ojos de los hombres. La feminidad es tu esencia. La mujer femenina es aquella que vive conectada a su cuerpo y sus emociones. Normalmente es cíclica como la luna (no en vano, nuestro ciclo menstrual suele ser de 28 días como el ciclo lunar) y tiene un importante sexto sentido o intuición. Esta condición cíclica hace que seamos más conscientes del proceso de renacer y volver a empezar, y que tengamos una conexión más profunda con nuestro cuerpo y emociones. Y finalmente, una mujer conectada con su feminidad también resultará más atractiva pero, no por su forma exterior, sino por su seguridad y empoderamiento.
Si ya has reconocido las bondades y ventajas de conectar con tu energía femenina y la creatividad que lleva asociada, aquí van algunas claves para avanzar en este camino:
1. Adquirir conciencia corporal
Cuando hablamos de habitar el cuerpo desde una nueva consciencia femenina nos referimos a enraizarnos, tomar tierra, sentirnos orgullosas de nuestro útero y vulva, conociendo perfectamente nuestro ciclo menstrual y nuestra influencia hormonal. Los estrógenos llevan asociados también importantes cambios en la dopamina, serotonina y oxitocina. No somos seres aislados de nuestra corporeidad. Y es una ventaja conocer y escuchar tu cuerpo. Este hecho solo te traerá ventajas, respecto a la salud, tanto física, como emocional.
2. Establecer contacto con la naturaleza
Gaia, la madre tierra, es nuestro sustento y siendo la que nos sostiene y nos nutre, es fundamental estar conectada con la abundancia de la tierra. Para lograr una conexión más profunda, te recomiendo ir a menudo a la naturaleza. Si vives en una ciudad, no dudes en visitar sus parques. Por ejemplo, el Retiro de Madrid, es un lugar que se caracteriza por su belleza pero también por su fuerte carga energética.
Y hazlo sobretodo, cuando te sientas cargada (física o emocionalmente). Bastará que pongas sus pies sobre la tierra para que buena parte de tus tensiones se alivien. Tal es el poder de la madre tierra. Y de paso, explora en el universo de las plantas y su poder curativo. Lo puedes hacer a través de la fitoterapia, los aceites esenciales, los perfumes vibracionales… la cuestión es que tomes conciencia de que la naturaleza tiene todo lo que necesitas para protegerte y sanarte. No en vano, de ahí se han extraído, durante años, los remedios curativos para la salud.
3. Transformar mis patrones inconscientes sobre ser mujer
Durante muchos años (y todavía a día de hoy), lo femenino está asociado al adjetivo débil. A menudo, los mismos adjetivos tenían un significado peyorativo en femenino, mientras que positivo en masculino.
El lenguaje es nuestra forma de expresión. Y si hay más de cien formas para insultar a una mujer que disfruta de su sexualidad (zorra, puta, casquivana…) y ninguno para referirse al hombre; de una manera inconsciente grabamos que hay algo malo en la mujer que disfruta de su sexualidad, y no así en el hombre.
Este patrón repetido durante siglos, a través del lenguaje, y de algunos usos sociales, es la base de algo que nos sorprende tanto como que, muchas mujeres, cuando han sufrido agresiones o abusos sexuales, tiendan a culpabilizarse. Es una creencia inconsciente: el cuerpo femenino en si es una provocación. Eres culpable por el mero hecho de mostrarte tal como eres. De hecho, algunas culturas creen que el cuerpo de las mujeres debe ser escondido o tapado, como si fuera un desafío tener un cuerpo con formas femeninas. Es necesario pasar a habitar el cuerpo como algo puro y perfecto, un regalo divino, nuestro vehículo de expresión, sin sentirnos en ningún momento (más allá de la vestimenta o de cuales sean tus formas), más que merecedoras de admiración y respeto. Cualquier otra forma de dirigirse a las mujeres, es fuente de abuso. Como lo son algunos comentarios, tanto si los hace un hombre, como una mujer. Debemos grabarnos a fuego el axioma: mi cuerpo es mío. Así como evitar también caer en comparaciones o criticas al cuerpo de otras mujeres.
4. Tomar consciencia de los dones asociados a ser mujer
Sé consciente de los grandes dones innatos a tu condición de mujer: la creatividad, el cuidado profundo, la sensibilidad, la receptividad, la capacidad de escucha, la fertilidad, la intuición…. No significa que no haya hombres con una gran sensibilidad, pero nuestra propia condición de creadoras y dadoras de vida, hace que tengamos una conexión profunda con la vida. Es difícil que una mujer esté detrás del inicio de una guerra porque sabemos lo hermoso y a la vez costoso que es crear la vida, por tanto, nuestra energía es más constructora que destructora, y esto debe ser utilizado como un don: la capacidad de preservar y proteger la vida.
5. Equilibrar las emociones
Conectar con la energía femenina permite liberar las emociones que no hemos procesado o digerido desde la incapacidad emocional que cada una cargamos desde la infancia o juventud.
Paradójicamente, y pese a lo mucho que se nos ha marcado por ser mujeres, también se nos ha permitido expresar más nuestras emociones: llorar, reír, mostrarnos débiles. Es un privilegio conectar con las emociones. Cada emoción reprimida se convierte en una carga para el cuerpo o para la mente, transformándose en miles de pensamientos. Permítete sentir.
6. Estimula tu sexto sentido
Todos estos pasos para sanar tu feminidad, te llevarán a una mayor consciencia y conexión con cuerpo y mente: eliminarás toxinas, favorecerás el sistema inmunitario.
Potenciar la energía femenina es sinónimo de Autoconocimiento. No se trata más que de conocernos, saber nuestros dones y nuestras debilidades. Tenemos tanto fortalezas internas, como miedos intrínsecos. Y si te haces conocedora de ello, pisarás con más fuerza en tus proyectos.
Además, la sanación de la feminidad implica ampliar nuestra percepción extrasensorial, nuestra intuición, nuestra antena receptora, es decir el sexto sentido, que es el más certero de los sentidos y nunca falla, ya que proviene de más allá de la mente.
7.Apuntante a un círculo de mujeres
Si hay una forma estrella de potenciar la energía femenina es unirte a un Circulo de Mujeres. Se celebran en múltiples lugares del mundo y desde tiempos muy antiguos. Después, cada facilitadora les de su sello particular o dirige las dinámicas que siente más necesarias en ese momento. Pero todos tienen en común, aprovechar la energía creadora de la mujer para potenciar los proyectos, los sueños, la apertura y sanación de todas las asistentes.
En los Circulos que facilito en Espacio Family Moon siempre lo digo, la energía femenina no suma, multiplica. Cada una de las asistentes, con su fuerza interior, multiplica las ilusiones y proyectos del resto por mil. Normalmente, los realizamos cerca de la luna llena (también es positivo hacerlos en luna nueva, lo importante es que la luna esté creciente para aprovechar su impulso).
¿Y qué hacemos en el Circulos?
En primer lugar, honramos a nuestras ancestras (ellas hicieron lo mejor que pudieron y ahora es nuestro momento en el linaje familiar), creamos un altar con todos los principales elementos (agua, tierra, aire y madera) sembramos semillas de abundancia, encendemos velas para iluminar el camino, utilizamos oráculos para recibir mensajes y sellamos un pacto de unidad. Una vez iniciado el ritual, cada facilitadora, utilizará sus técnicas para que el encuentro sea fructífero y sanador para las asistentes. En mi caso, utilizo dinámicas extraídas de diferentes terapias (tantra, biodanza, meditaciones guiadas, constelaciones familiares…) para que al terminar el Círculo sientas que una energía potente, fuerte, creadora, te acompaña todo el tiempo hasta…. el próximo Círculo. Te invito a participar en uno de nuestros Circulos, es la mejor forma de que conozcas el potencial ilimitado de tu energía femenina. Cada Circulo es diferente y tiene una temática pero la premisa es siempre: disfrutar, soltar, liberar, amar…